La manera en que la llevás y la manejas hace que tu cartera “hable por vos”. Bamboleándose colgada de tu hombro o simplemente sujetada por la mano, influye en tu postura corporal construyendo una parte muy importante de tu imagen.

En nuestra rutina diario, además de sus funciones convencionales como contenedor de objetos personales, una cartera se convierte en una herramienta multifuncional. Ella nos proporciona seguridad y protección cuando es necesario, convirtiéndose en una especie de asistente personal.
Cada cartera en sí misma puede ser un departamento de objetos perdidos y encontrados, no sabemos bien a ciencia cierta porque allí las cosas “desaparecen”, solo por un rato.
Para Sigmund Freud padre del psicoanálisis el bolso simboliza el útero femenino. Para la Anna Karenina de Tolstoi era tan importante que antes de tirarse bajo las ruedas de un tren anticipa su terrible propósito arrojando a las vías su bolso de terciopelo negro.
¿Y en tu guardarropa que lugar ocupan bolsos y carteras? ¿Me contás cuál tu preferido?