El momento del guardarropa decidiendo que ponernos y armando el look es un verdadero ejercicio de autoexpresión y creatividad. Entonces nos repetimos automáticamente las mismas preguntas: ¿Quiénes somos? ¿En qué contexto nos movemos? ¿Quién es nuestra audiencia?
Repasamos cuidadosamente nuestra
agenda del día e intentamos elegir la ropa adecuada, pensando cómo queremos ser
vistas y que imagen esperamos proyectar: ¿Tenemos una reunión en el colegio de
nuestro hijo? ¿Una presentación de trabajo? ¿Intentamos vernos especialmente
seductoras?
Algunas veces la mirada de los
otros no nos resulta demasiado importante, como cuando salimos de compras al
supermercado. En ocasiones es directamente irrelevante, por ejemplo si decidimos
quedarnos una tarde de sábado a solas en casa mirando películas. Pero en
nuestra vida moderna, generalmente con un mismo look nos movemos en diferentes
contextos y con diferentes audiencias.
Elegir el equipo adecuado es una
tarea bastante difícil, llena de opciones y posibilidades de equivocarnos. Este
desafío nos obliga a repensarnos a nosotras mismas, a reflexionar a cerca de de
los roles que ejercemos y cómo se distribuye nuestro tiempo. Pero además es una
invitación a recapacitar acerca de quienes queremos ser y que cosas, que nos parecen
importantes estamos dejando de hacer. La verdadera posibilidad es la de
utilizar nuestro guardarropas, como una herramienta más para alcanzar nuestros
sueños.
Te animas a contarme: ¿Cómo te
llevas con la mirada de los otros?
que difícil lidiar con la mirada del otro, dar una imagen que piensan de nosotros... y a veces llegar a la conclusión que .... no piensan nada de nosotros :)
ResponderEliminarme encanta como escribís, no dejes de hacerlo