miércoles, 28 de octubre de 2009

LA MODA Y LOS OTROS



La familia y los amigos tienen un impacto importante sobre cómo nos vestimos y la forma en que nos sentimos con nuestra apariencia.
Muy a menudo no somos concientes de la manera en que somos influenciados por las personas más significativas de nuestra vida. En otros casos reaccionamos claramente ante sus opiniones y tratamos de vestirnos de acuerdo a sus deseos, copiando cuidadosamente su look. O deliberadamente intentamos vernos de la manera más opuesta a las expectativas de los demás.

Cómo seres sociales que somos, continuamente estamos interpretando roles, y los roles siempre implican relaciones. Por este motivo nos vestimos de acuerdo a las miradas y valores de los otros en cada una de las áreas en las que nos movemos.
Continuamente aprendemos algo sobre nosotros mismos a partir de las respuestas que recibimos a nuestra apariencia. Usamos a los demás “cómo espejos” para que nos digan quienes somos. Sus reacciones guían nuestros comportamientos futuros incluyendo nuestra indumentaria.

En ese juego de “reconocernos a partir de las miradas del otro”, en los primeros años nuestros padres tienen el rol principal. Ya mayores arrastramos muchas de las creencias aprendidas en esa etapa. Es fácil identificar cuando elegimos aquello que nos favorece, o combinamos prendas y colores con los mismos criterios que utilizaba nuestra madre.

En la etapa adulta la pareja que elegimos para compartir la vida tiene un impacto trascendental en la manera en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos y nuestra apariencia. Sus acciones verbales y no verbales tienen una profunda influencia en que tan atractivos nos vemos.

En la medida en que actuamos en sociedad los grupos a los que pertenecemos, compartiendo maneras de pensar y actuar también son nuestros referentes a la hora de decidir que ponernos.

¿Pensaste en quiénes son tus espejos?

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