Lo primero que llevamos al probador es nuestro cuerpo.Muchísimo antes de decidir qué ponernos, el cuerpo juega el rol principal.
Tenemos un cuerpo. Somos un cuerpo. Es el contenedor de nuestros pensamientos, sentimientos y proyectos.
Al igual que el cerebro, el cuerpo es la herramienta que utilizamos para construir nuestra idea del mundo y a partir de allí establecemos nuestra manera de accionar. El cuerpo es nuestra única base de operaciones.
Para comenzar a comprender este diálogo entre el cuerpo, la vestimenta y el entorno, diremos que IMAGEN CORPORAL es la pintura mental que tenemos de nuestro propio cuerpo y la idea de cómo éste es percibido por los demás. Esta imagen comienza a desarrollarse a edades muy tempranas y, como es lógico, está fuertemente influenciada por las actitudes de nuestros padres y la cultura.
La medida en la que estamos satisfechos o no con nuestros propios cuerpos, influencia los sentimientos que tenemos acerca de nosotros mismos en general.Al igual que algunas prendas, hay cuerpos que están de moda. De hecho podemos alterar sus apariencias por medio del ejercicio, las dietas, las cirugías o la vestimenta. Las formas de cuerpo considerado atractivo y las recetas para lograrlo son determinadas por cada cultura. Las imágenes de esos cuerpos abundan en revistas de moda, eventos deportivos y anuncios publicitarios.Esas figuras ideales, delgadas y estilizadas, ampliamente fotografiadas, no son físicamente posibles para la mayoría de las mujeres.
Nuestra imagen corporal es concebida con la ayuda de imágenes externas como puntos de referencia. Es entonces cuando la mayoría de las mujeres olvidamos nuestras experiencias de todos los días en la vida real y tomamos como válidas únicamente a las imágenes mostradas por los medios de comunicación.
Las consecuencias son desastrosas. Una profunda insatisfacción, la destrucción de nuestra autoestima y la justificación de cualquier inversión de energía, dinero o riesgo para vernos como ese ideal, son sólo un ejemplo de cómo los estereotipos mal entendidos pueden perjudicarnos. Estos esfuerzos se han convertido para muchas mujeres en “una segunda carrera”. Acompañando la creencia actual de entender casi todo como una consecuencia de nuestro control, como si la genética, las hormonas, el metabolismo y nuestra historia tuvieran menos peso que la voluntad en determinar las formas de nuestro cuerpo.
La idea de pensar que un cuerpo ideal es esencial para ser elegidos y exitosos, nos lleva a seguir el “pensamiento mágico” de creer que, transformando la forma de nuestro cuerpo mejoraremos lo más profundo de nuestro ser y solucionaremos los problemas de la vida. Entendiendo el origen de tanta presión probablemente el conjuro para empezar a ser más felices sea…………”Aceptar el hecho de ser únicas y maravillosas tal cual somos……….”
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